Día del Juego: 4 maneras de dinamizar el aprendizaje en el aula

  • Las aulas tradicionales, especialmente en el nivel inicial, pueden restringir la innata curiosidad y necesidad de movimiento de los niños, impactando su desarrollo integral.

Las aulas rígidas, con metodología tradicionales que limitan el movimiento y la exploración de los estudiantes, siguen siendo una realidad común en muchas escuelas peruanas, especialmente en la educación inicial. Esto afecta negativamente el desarrollo integral de los niños, ya que limita oportunidades para el aprendizaje activo y el juego, fundamentales en los primeros años de vida.

Para Sabrina Vásquez, directora de la carrera de Educación Inicial de la Universidad Autónoma del Perú,  el juego es una herramienta pedagógica universal que despierta el interés de los niños y potencia su desarrollo humano, el aprendizaje, las emociones y las habilidades sociales. La experta destaca que métodos como el Montessori y enfoques como  Reggio Emilia son valiosos porque “consideran al niño como protagonista activo de su aprendizaje, promoviendo ambientes estimulantes y respetuosos donde el juego libre y la exploración guiada son centrales para el desarrollo integral”.

En ese sentido, la especialista recomienda 4 estrategias innovadoras para transformar las aulas en espacios de aprendizaje a través del juego:

  • Juego libre en ambientes preparados: Organizar el espacio con materiales accesibles, diversos y dispuestos de forma que inviten a la curiosidad. El ambiente debe ser flexible, acogedor y capaz de provocar el deseo de aprender, con zonas diferenciadas para investigar, crear, construir o jugar.
  • Juego en la naturaleza: Potenciar actividades al aire libre que favorezcan la conexión con el entorno natural, promoviendo la observación, el descubrimiento y la regulación emocional a través de experiencias sensoriales y físicas variadas.
  • Fomentar la expresión a través del arte, el juego y el movimiento: Ofrecer múltiples lenguajes para que los niños puedan pensar y comunicar lo que sienten: dibujo, pintura, dramatización, construcción, música o movimiento corporal. Esto enriquece su pensamiento y les permite descubrir su voz de forma lúdica.
  • Juego colaborativo y  toma de decisiones: Fomentar interacciones en las que los niños negocien, resuelvan problemas y compartan ideas, desarrollando autonomía y capacidades de liderazgo en un contexto de respeto y cooperación.

Transformar las aulas en un espacio vivo donde el juego es la estrategia universal para aprender y crecer, es fundamental para garantizar el desarrollo integral de nuestros niños y niñas. Es hora de repensar nuestras prácticas educativas para acompañar con mayor sensibilidad el crecimiento de cada niño”, concluye Vásquez.

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