Hambre con propósito: la historia de un restaurante local que está revolucionando el turismo y la gastronomía en Abancay

De la tradición andina a la alta cocina: cómo Matías Carnes y Parrillas impulsa la economía local y abre las puertas del Santuario Nacional de Ampay al mundo
En el corazón de la región Apurímac, a cuatro horas de Cusco, un restaurante con 12 años de historia está marcando un antes y un después en la manera de vivir el turismo y la gastronomía local. MATÍAS Carnes y Parrillas, fundado por Juan Manuel Matías, es mucho más que un espacio para deleitar el paladar: es una apuesta consciente por rescatar las técnicas culinarias andinas, fusionándose con la alta cocina para ofrecer una experiencia única que honra la herencia ancestral de la zona.
Matías Carnes y Parrillas se ha consolidado como un referente gastronómico en Abancay, no solo por la calidad y sabor de sus platos, sino por su compromiso con el desarrollo social y turístico local. A través de estrechas alianzas con guías locales, como el Sr. Ricardo, el restaurante impulsa visitas guiadas al emblemático Santuario Nacional de Ampay, un tesoro natural y cultural que pocos conocen pero que cada vez atrae más visitantes gracias a estas iniciativas conjuntas.
En sus 12 años de trayectoria, el restaurante ha sido un protagonista recurrente en cuatro ediciones del prestigioso festival <<Perú, Mucho Gusto>>, posicionándose como embajador culinario de Apurímac. Este año, se prepara para representar a Abancay en la próxima edición del festival en Lima, donde presentará elaboraciones que combinan técnicas ancestrales con las innovaciones propias de la alta cocina, resaltando ingredientes andinos y sabores auténticos.
El legado familiar que lidera Juan Manuel. no solo se traduce en platos exquisitos, sino en un impacto positivo en la comunidad. Este restaurante promueve la generación de empleo local, fomenta el turismo sostenible y refuerza el orgullo por las raíces culturales de la región, contribuyendo así al desarrollo social y económico de Abancay.
Esta historia de “hambre con propósito” es un ejemplo inspirador de cómo la gastronomía, cuando está ligada a la identidad y al compromiso social, puede transformar no solo el paladar de los visitantes, sino también la vida de toda una comunidad.