“El autógrafo”: la novela de Renán Portal que reabre el debate sobre memoria, política y juventud en el Perú

- La obra cobra nueva fuerza en medio de la coyuntura actual, recordando que la literatura también es un acto de protesta y memoria colectiva.
El escritor peruano Renán Portal presenta El autógrafo (Editorial Planeta), una novela que invita a reflexionar sobre un momento decisivo de la historia reciente: la toma de la residencia del embajador de Japón en 1996. A través de la ficción, el autor plantea una mirada crítica sobre la memoria y la política, en un contexto donde el pasado aún sigue marcando la vida del país.
La historia narra la vida de Ramón Zúñiga, un adolescente que en plena crisis política y sanitaria del 2020 descubre que el presidente de la República conserva como recuerdo un autógrafo de los líderes del MRTA. Junto a un joven sargento, decide robar ese objeto lleno de contradicciones, en un acto que simboliza la lucha por recuperar la memoria y cuestionar la justicia.
“El autógrafo nació cuando recibí una foto de mi madre marchando en Lima mientras yo estaba en Zúrich. Sentí la urgencia de estar allá y la literatura me dio esa posibilidad. Esta obra es también un acto de protesta: escribí para no callar, para recordar que la historia no solo se cuenta, se transforma”, explica Renán Portal, autor de la obra, quien actualmente vive en Suiza.
Con un estilo claro y directo, El autógrafo combina hechos históricos con elementos de ficción y referencias a autores como Ribeyro, García Márquez, Borges y Vallejo. La novela retrata a una generación de jóvenes que protesta, cuestiona y busca participar activamente en los cambios de su país, al mismo tiempo que reflexiona sobre los símbolos y las heridas que dejó la violencia.
El contexto actual le da aún más relevancia: en octubre se estrenará la película Chavín de Huántar: El rescate del siglo, que pondrá otra vez en discusión la operación militar de 1997. Frente a esa visión épica, la novela se presenta como un contrapunto, mostrando la complejidad de los recuerdos y la forma en que se representan los hechos de violencia en el Perú.
“Con esta novela no busco reescribir la historia, sino abrir un espacio de conversación sobre lo que recordamos y cómo lo hacemos. El autógrafo es un símbolo incómodo: ¿un simple recuerdo, un testimonio del dolor, o una forma de honrar a quienes atacaron al país? Mi apuesta es que los lectores se enfrenten a esas preguntas y saquen sus propias conclusiones”, precisa.