Cáncer de próstata: el enemigo silencioso que puede prevenirse y controlarse a tiempo

  • El manejo de esta enfermedad ha avanzado notablemente, pero el control oportuno sigue marcando la diferencia, explican los Especialistas del Instituto Oncológico de Fundación Arturo López Pérez (FALP).

El cáncer de próstata es el tipo de cáncer más frecuente en hombres. Según datos de Globocan en Perú se reportaron 8,553 nuevos casos en 2022, lo que representa el 25.4 % de todos los cánceres masculinos. Detectarlo en etapas tempranas permite acceder a tratamientos con altas probabilidades de curación.

El riesgo de cáncer de próstata aumenta con la edad, especialmente desde los 50 años, por lo que se aconsejan controles anuales o antes si hay antecedentes familiares. “El antígeno prostático específico (PSA) es clave para la detección temprana, aunque debe complementarse con el tacto rectal, ya que no todos los casos elevan el PSA,” señala el Dr. Sebastián Iñiguez, urólogo y cirujano oncólogo del Instituto Oncológico FALP.

En etapas iniciales, el cáncer de próstata suele ser asintomático. Cuando progresa, puede causar dolor óseo, presencia de sangre en la orina o dificultades para orinar. Por ello, los controles periódicos son fundamentales. “Un diagnóstico temprano permite acceder a opciones realmente curativas, con tasas de éxito superiores al 90 %”, añade el Dr. Iñiguez.

Opciones no invasivas para tratar el cáncer de próstata

El enfoque actual para el manejo del cáncer de próstata es cada vez más personalizado y multidisciplinario. Entre las principales opciones se encuentran:

  • Cirugía robótica (sistema Da Vinci Xi): Cirugía mínimamente invasiva que reduce el dolor, la pérdida de sangre y el tiempo de hospitalización. Gracias a su sistema de brazos articulados y plataforma móvil, permite un acceso optimizado a la próstata y otras áreas complejas, mejorando los resultados quirúrgicos y acortando la recuperación.
  • Radioterapia avanzada (CyberKnife): Sistema de radioterapia de altísima precisión que permite administrar dosis concentradas directamente sobre el tumor, minimizando el daño a los tejidos circundantes. Ofrece altas tasas de control tumoral, con menos efectos adversos, lo que permite preservar la calidad de vida del paciente.
  • Hormonoterapia: Tratamiento que bloquea la producción o acción de la testosterona, hormona que estimula el crecimiento de las células cancerígenas. Puede utilizarse en combinación con otras terapias.
  • Quimioterapia: Indicada principalmente en etapas avanzadas o cuando la enfermedad ha dejado de responder a la hormonoterapia. Ayuda a controlar la progresión del cáncer.
  • Tratamientos de medicina nuclear: Uso de radiofármacos dirigidos para tratar metástasis óseas, una de las complicaciones más frecuentes del cáncer de próstata avanzado.
  • Vigilancia activa: En casos seleccionados de cáncer de bajo riesgo, se opta por un seguimiento estricto mediante controles periódicos, evitando tratamientos agresivos innecesarios.

Más allá de los avances tecnológicos, el mensaje sigue siendo claro: la prevención y la detección temprana son la mejor estrategia frente al cáncer de próstata. “Realizar los controles anuales es clave. Hoy contamos con tratamientos de vanguardia, pero todo empieza por un diagnóstico oportuno”, concluye el Dr. Sebastián Iñiguez.

Cabe destacar que, FALP es el único centro en Latinoamérica acreditado como Cancer Center por la Organización Europea de Institutos de Cáncer (OECI), que brinda una atención integral combinando el uso de tecnologías de vanguardia, con el trabajo de comités oncológicos multidisciplinarios, donde las decisiones se toman de manera conjunta para cada paciente.

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