Quinua y tarwi en rotación: la estrategia agrícola que impulsa productividad y salud del suelo

La agricultura en los Andes peruanos encuentra en la rotación de tarwi y quinua una estrategia que combina tradición y modernidad para generar beneficios ambientales, económicos y sociales. Augusto Garland Ghio, director de Investigación y Desarrollo de JIWRA, califica esta práctica como “extremadamente beneficiosa y recomendada, especialmente en la región andina”.

Beneficios clave de esta rotación:

  • Fertilidad del suelo: El tarwi, leguminosa capaz de fijar nitrógeno, deja el terreno naturalmente enriquecido, reduciendo la necesidad de fertilizantes sintéticos para la quinua.
  • Control natural de plagas y enfermedades: Alternar cultivos interrumpe ciclos de plagas y nematodos, mientras los compuestos del tarwi actúan como repelentes naturales.
  • Mejora de la estructura del suelo: La combinación de raíces profundas del tarwi y superficiales de la quinua optimiza aireación e infiltración de agua.
  • Biodiversidad y salud del agroecosistema: Se promueve un ecosistema más equilibrado con microorganismos beneficiosos.
  • Diversificación económica: Los agricultores obtienen dos productos de alto valor nutricional y mercados crecientes, reduciendo riesgos climáticos y de mercado.

Implementación práctica:

  1. Año 1: Siembra y cosecha de tarwi.
  2. Incorporación de residuos al suelo para liberar nitrógeno.
  3. Año 2: Siembra y cosecha de quinua en suelo fértil y protegido.
  4. Posibilidad de introducir un tercer cultivo o reiniciar el ciclo.

Esta estrategia no solo fortalece la productividad y sostenibilidad del agro andino, sino que también abre oportunidades para diversificación económica y resiliencia climática.

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